SAN PETERSBURGO, la ciudad de los canales a orillas del Báltico
Llegamos por la tarde y la 1ª impresión no podía ser más positiva; San Petersburgo nos recibió con un buen día de verano de tardío anochecer y con sus calles animadas con música callejera. El ambiente era muy agradable y el primer paseo por su avenida principal nos transmitió la elegancia de sus edificios y grandes avenidas junto con sus amplios canales. Los dos días siguientes refrendamos esa impresión y nos pareció además muy cómoda por su perfil absolutamente llano y sus múltiples parques y avenidas junto a los canales y al gran río Neva, es una metrópoli con un estilo afrancesado en el que se percibe un nivel de vida alto.
En esos días hicimos nuestros pinitos con la comida rusa, entramos en la impresionante iglesia de la sangre derramada (en honor al zar allí asesinado y hecha a semejanza de la San Basilio de la Plaza Roja), nos asomamos por la vivienda de "Raskolnikov" (personaje de "Crimen y Castigo"-Dostoievsky), y callejeamos por todo el centro, canales y mercadillos. Hacía buen tiempo y era fin de semana, por lo que coincidimos con varias bodas en sesión fotográfica, y vimos mucha "vidilla" local, con mucha gente aprovechando los rayos de sol para tumbarse en parques y remansos del río. Por supuesto, también acudimos al Hermitage, aunque al respecto nos desfraudó un tanto. Se trata del antiguo palacio de invierno del zar, y como tal tiene mucho encanto e interés como edificio, majestuoso; sin embargo, a nivel pictórico, si bien tiene ejemplos de todos los grandes maestros, no tiene ninguno de los grandes cuadros universales y, lo que es menos excusable, la exposición de los cuadros es deficiente, muchos de ellos se encuentran en sombra e incluso con los focos que debían iluminarlos, apagados. Lamentable. Por lo demás, es enorme, pero salvo que se sea un estudioso, se puede ver en una mañana; nosotros lo vimos entero en 3h (fundamental comprar la entrada online para evitar la cola y solo recoger la entrada allí).
En suma, por lo menos en verano, una ciudad preciosa y muy viva.
MOSCÚ, la renovada capital del imperio
Imaginamos que la comparación con lo que era en la época soviética será como el día y la noche, porque lo que hemos visto nos ha impresionado por lo moderna, limpia y remozada que está. Además de por la riqueza que se percibe (no tiene desperdicio ver los coches que pasan por las avenidas principales, los todoterreno de alta gama de las marcas más lujosas parece que los regalasen. Siempre negros...). Quizá algo menos europea que San Petersburgo (aquí ya casi todo es en cirílico), nos ha parecido una ciudad muy bonita que más allá de la Plaza Roja tiene numerosos atractivos. Por un lado está su célebre red de metro, con fastuosas estaciones (ya en San Petersburgo lo habíamos visto, muy profundamente excavadas) que fuimos viendo según nos desplazábamos por el suburbano; y por otro, además del propio callejeo, vimos mercados, parques y conventos.
El hotel estaba céntrico, por lo que bajamos cada día por una bonita calle cruzada por otras peatonales y dejábamos a un lado el precioso teatro Bolshoi para estar en el cogollo de la Plaza Roja. Nos movimos en metro (conviene saber descifrar los nombres en cirílico, damos algunas pautas al final) tanto al mercado de Izmailovo, muy vistoso y bullicioso los fines de semana pero desgraciadamente bastante desierto el martes..., como al convento de Novodevichi, un recinto muy bonito cuyo principal atractivo es su recinto exterior y el bonito lago contiguo (en el que dicen que se inspiró Tchaikovski para el Lago de los Cisnes), y a su cementerio contiguo, impresionante camposanto de muchas personalidades que parecen competir por esculpir su làpida a mayor tamaño y de mejor manera. Nos acercamos recomendados al Muzeumpark cercano a la plaza Roja (impresionante nuevamente, un parque muy moderno junto al río repleto de esculturas), recorrimos la calle Ardat y, por supuesto, fuimos a la Plaza Roja y alrededores. Los últimos días nos tumbamos largo rato en el bonito Alexander Park que rodea el Kremlin, y paseamos largo y tendido de visita por el Kremlin (los museos tienen poco interés, pero es bonito el recinto) y por la plaza roja al atardecer. Es una plaza que de haberla visto te suena familiar y que es muy bonita. El Kremlin a un lado, el elegante edificio de unos grandes almacenes al otro, y por los costados menores el perfil del museo de Historia junto a una pequeña iglesia y la simbólica Puerta de Kazan, enfrentada al otro extremo con la coqueta iglesia de San Basilio que tanto nos recordaba al Castillo de Disney. Precioso, merece la pena sentarse y pasar un rato contemplando el atardecer. Moscú se merece mucho una visita.
Llegamos por la tarde y la 1ª impresión no podía ser más positiva; San Petersburgo nos recibió con un buen día de verano de tardío anochecer y con sus calles animadas con música callejera. El ambiente era muy agradable y el primer paseo por su avenida principal nos transmitió la elegancia de sus edificios y grandes avenidas junto con sus amplios canales. Los dos días siguientes refrendamos esa impresión y nos pareció además muy cómoda por su perfil absolutamente llano y sus múltiples parques y avenidas junto a los canales y al gran río Neva, es una metrópoli con un estilo afrancesado en el que se percibe un nivel de vida alto.
En esos días hicimos nuestros pinitos con la comida rusa, entramos en la impresionante iglesia de la sangre derramada (en honor al zar allí asesinado y hecha a semejanza de la San Basilio de la Plaza Roja), nos asomamos por la vivienda de "Raskolnikov" (personaje de "Crimen y Castigo"-Dostoievsky), y callejeamos por todo el centro, canales y mercadillos. Hacía buen tiempo y era fin de semana, por lo que coincidimos con varias bodas en sesión fotográfica, y vimos mucha "vidilla" local, con mucha gente aprovechando los rayos de sol para tumbarse en parques y remansos del río. Por supuesto, también acudimos al Hermitage, aunque al respecto nos desfraudó un tanto. Se trata del antiguo palacio de invierno del zar, y como tal tiene mucho encanto e interés como edificio, majestuoso; sin embargo, a nivel pictórico, si bien tiene ejemplos de todos los grandes maestros, no tiene ninguno de los grandes cuadros universales y, lo que es menos excusable, la exposición de los cuadros es deficiente, muchos de ellos se encuentran en sombra e incluso con los focos que debían iluminarlos, apagados. Lamentable. Por lo demás, es enorme, pero salvo que se sea un estudioso, se puede ver en una mañana; nosotros lo vimos entero en 3h (fundamental comprar la entrada online para evitar la cola y solo recoger la entrada allí).
En suma, por lo menos en verano, una ciudad preciosa y muy viva.
MOSCÚ, la renovada capital del imperio
Imaginamos que la comparación con lo que era en la época soviética será como el día y la noche, porque lo que hemos visto nos ha impresionado por lo moderna, limpia y remozada que está. Además de por la riqueza que se percibe (no tiene desperdicio ver los coches que pasan por las avenidas principales, los todoterreno de alta gama de las marcas más lujosas parece que los regalasen. Siempre negros...). Quizá algo menos europea que San Petersburgo (aquí ya casi todo es en cirílico), nos ha parecido una ciudad muy bonita que más allá de la Plaza Roja tiene numerosos atractivos. Por un lado está su célebre red de metro, con fastuosas estaciones (ya en San Petersburgo lo habíamos visto, muy profundamente excavadas) que fuimos viendo según nos desplazábamos por el suburbano; y por otro, además del propio callejeo, vimos mercados, parques y conventos.
El hotel estaba céntrico, por lo que bajamos cada día por una bonita calle cruzada por otras peatonales y dejábamos a un lado el precioso teatro Bolshoi para estar en el cogollo de la Plaza Roja. Nos movimos en metro (conviene saber descifrar los nombres en cirílico, damos algunas pautas al final) tanto al mercado de Izmailovo, muy vistoso y bullicioso los fines de semana pero desgraciadamente bastante desierto el martes..., como al convento de Novodevichi, un recinto muy bonito cuyo principal atractivo es su recinto exterior y el bonito lago contiguo (en el que dicen que se inspiró Tchaikovski para el Lago de los Cisnes), y a su cementerio contiguo, impresionante camposanto de muchas personalidades que parecen competir por esculpir su làpida a mayor tamaño y de mejor manera. Nos acercamos recomendados al Muzeumpark cercano a la plaza Roja (impresionante nuevamente, un parque muy moderno junto al río repleto de esculturas), recorrimos la calle Ardat y, por supuesto, fuimos a la Plaza Roja y alrededores. Los últimos días nos tumbamos largo rato en el bonito Alexander Park que rodea el Kremlin, y paseamos largo y tendido de visita por el Kremlin (los museos tienen poco interés, pero es bonito el recinto) y por la plaza roja al atardecer. Es una plaza que de haberla visto te suena familiar y que es muy bonita. El Kremlin a un lado, el elegante edificio de unos grandes almacenes al otro, y por los costados menores el perfil del museo de Historia junto a una pequeña iglesia y la simbólica Puerta de Kazan, enfrentada al otro extremo con la coqueta iglesia de San Basilio que tanto nos recordaba al Castillo de Disney. Precioso, merece la pena sentarse y pasar un rato contemplando el atardecer. Moscú se merece mucho una visita.
Impresiones y curiosidades de RUSIA
- Clima. En verano (Del 24 J al 12 A) nos ha hecho más bien calor (28-30º) en todo el recorrido de Moscú al Lago Baikal, con bastante calor en los trenes del Transiberiano.
- Idioma. La salvación hoy día se llama “Google translator” que de hecho utilizan ellos en hoteles para entenderse cuando no están seguros. Te lo traduce al cirílico, con la pronunciación y reproducción sonora. Ello sirve para reproducir los aspectos básicos que son de mucha utilidad ya que poca gente habla inglés y agradecen que te dirijas en ruso. Por ejemplo:
- Izviniche (disculpe).
- Spasiva (gracias).
- Dobroye Utra (buenos días).
- Odin (uno), Dva (dos), piat (cinco), stó (cien)…
- Jachú éta (quiero esto).
- Moshna? (¿puedo?).
- Kak Moshna? (¿Cómo puedo?).
- Apotóm (luego).
Conviene además aprender lo básico del cirílico para
descifrar palabras y orientarse en el metro de Moscú por ejemplo. Por ejemplo,
“Pectopah” significa “Restoran” por lo que P=R, C=S, H=N. Las otras básicas son
N=i y R=YA.
- Gente. Por lo leído en otros blogs, libros y percepción general, temíamos encontrarnos con gente algo arisca, pero todo lo contrario. Si bien es cierto que son gente de rostro serio, nos han parecido muy simpáticos, educados y nobles; con un par de palabras en ruso y humildad, dispuestos y agradables. Además, hemos comprobado que el estereotipo rubio es irreal, puesto que hay rusos de todos los tipos; bajos, morenos, rapados, delgados, con aspecto asiático o musulmán, cualquiera encaja dentro de la gran nación. Por otro lado, el único “pero” sería que es bastante frecuente cruzarse con gente que hueles mal. Olor a falta de higiene y ropa sudada. Por lo visto (según nos contó Carolina, estudiante en Moscú) esto se recrudece en invierno porque se duchan menos. Mejor no conocerlo…
- Comida. No es un destino con gastronomía brillante, pero ha resultado mejor de lo que temíamos. Emplean mucho pepino, patata, carne de cerdo y remolacha; en verano venden mucho fruto rojo en las calles. Tienen influencias asiáticas (Los pelmeni y Buzzi serían los dim-sum y Bam), comen muchas empanadillas rellenas de patatas y carne y le llaman Blinis a lo que serían Crepes rellenas tanto de dulce como de salado. Aparte, toman muchas sopas (la clásica es el Borshk de remolacha y carne) y otras ensaladas.
- Todas las ciudades tienen su edificio para el circo, una tradición rusa profundamente arraigada.
- Los autobuses circulan con “guías eléctricas” dispuestas por todas las principales calles. Fuera de Moscú y SP, son muy viejos.
- La sensación es de seguridad, si bien se ve mucho borracho por la calle.
- Las calles estás muy limpias. Y cuidan mucho los jardines, floridos e impecables.
- Tienen WIFI gratuito en todos lados. Los enchufes son iguales que los españoles.
- El cambio de divisas lo hacen los bancos y solo aceptan billetes en perfecto estado.
En
definitiva, hemos podido palpar el modo de vida ruso y la cultura del mayor
país del mundo. Tan grande como diverso y en cierto modo aislado a pesar de "copar" dos continentes.
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