De Lima a Atacama pasando por Uyuni (II)

*Para datos del viaje, ver "Ruta, datos prácticos y consejos".

COPACABANA

Con nombre de playa brasileira, esta pequeña población boliviana a orillas del lago Titicaca es fronteriza con Perú, se encuentra a 3:30 horas de La Paz y de ella parten dos excursiones diarias hacia la Isla del Sol y la Isla de la Luna, considerados los orígenes de la cultura andina. Copacabana no tiene encanto alguno salvo su emplazamiento; sirve de base para mucho hippie mochilero y tiene bastante hotel y principalmente hotelucho, al igual que numerosos restaurantes de cocina internacional. Nuestro destino era la famosa isla, pero al no llegar a tiempo de cruzar a mediodía, tuvimos que conformarnos con realizar una excursión a primera hora con vuelta vespertina. El Titicaca es un lago inmenso con aguas muy claras y en donde el lorenzo pega muy fuerte (está a casi 4.000m.), y la Isla del Sol está a pocos kilómetros de la costa, si bien las barcas van muuuuy lentas y se tarda hora y media en llegar. Una vez allí, el recorrido habitual es cruzar la isla realizando un trekking, y así lo hicimos: fueron 3h por la loma de la isla, habiendo en sus dos extremos restos arqueológicos incas y aymaras y teniendo que abonar en 3 tramos "peajes" de paso para ayudar a las comunidades locales que parecen vivir de ello. El lago es bonito y desde la isla se pueden apreciar los picos nevados de la cordillera andina boliviana, pero honestamente nos esperábamos más, no deja de ser una caminata y una isla con mucha literatura pero sin mayor belleza. A media tarde habíamos regresado y cogimos a la carrera uno de los buses que salía de la plaza principal rumbo a la capital.

LA PAZ

El autobús nos dejó a última hora en el centro y un taxi nos acercó al hotel que teníamos contratado cerca de la iglesia de San Francisco. Tras una infausta noche por culpa de unas obras gubernamentales que estuvieron trabajando toda la noche, el sábado recorrimos las calles más céntricas de La Paz. Cuestas, mercados, cuestas, tiendas, cuestas, iglesias y cuestas. Es ciertamente cansado recorrer esta ciudad que parece desbordarse como una masa por el valle que ocupa densamente. No es bonita y resulta caótica, si bien sus miradores a los costados ofrecen unas panorámicas impactantes con los picos nevados rodeando la megaurbe.

UYUNI

El sábado noche habíamos reservado un bus nocturno que nos llevaría a Uyuni tras 12 horas de viaje, las primeras por carretera y las 5 últimas "botando" por las pistas que conducen a este apartado rincón boliviano. Habíamos pactado en la capital la excursión de dos noches y 3 días, y al llegar cerramos los flecos para salir a las 11h. El primer día es sin duda "el día" con mayúsculas: comienza con una visita al cementerio de trenes, continúa con una visita a la procesadora de sal de Colchani, y se adentra a continuación en el inmenso Salar de Uyuni, un mar de sal de 12.000 m2 sucesión de hexágonos que te deja maravillado. Las fotos lo explican mejor. En su centro está la "isla del pescado", un trozo de tierra repleto de cactus gigantes desde donde se disfruta de las mejores panorámicas. Esa noche dormiríamos en la "Luna Salada" capricho de Luna de Miel que resultó un auténtico lujazo, un hotel enteramente de sal con todas las comodidades, muy diferente del  refugio básico que ofrecen casi todas las agencias.

Los dos días siguientes nos adentramos en el altiplano boliviano, subiendo hasta los 5.000m. y recorriendo volcanes, desiertos y lagos rumbo a la frontera chilena. La segunda noche la pasamos en un refugio muy básico, a menos 15º en colchones de 5 mm sobre somier de cemento y sin agua caliente; lo compensamos con la visita al amanecer de géiseres y de piscinas termales naturales a la salida del sol. Dos horas más tarde estábamos en el puesto fronterizo.

SAN PEDRO DE ATACAMA

El pueblo del desierto que forma parte de la región que a finales del S. XIX invadió Chile. Su principal atractivo son: de una parte el bonito pueblo, con una estética muy cuidada e integrada en el entorno (únicamente pueden ser de una altura y de blanco o marrón terroso) y con una atmósfera muy mochilera; y de otra parte, las excursiones que ofrece a sus alrededores, aunque comprobamos que casi todas ellas vendían paisajes que ya habíamos visto en la excursión de Uyuni. Tras analizarlo, nos decantamos por descansar los últimos días para disfrutar del pueblo, y realizar sandboarding, la excursión al Valle de la Luna y el tour astronómico... que no pudimos hacer finalmente ya que el clima se torció y hubo mucho viento, lluvia y frío los últimos días. En cualquier caso, es un lugar ideal para acabar un viaje inolvidable. Sudamérica, ¡volveremos!