Teníamos previsto realizar un viaje de 3 semanas a Chile y por imperativos laborales tuvimos que conformarnos con planificar a primeros de julio un viaje alternativo en el que nos decantamos por una visita rápida a Estocolmo antes de recorrer algunas maravillas de Noruega. En total 13 días de viaje en la primera quincena de agosto.
Ruta
*Después de visto, pensamos que hubiese sido más lógico hacer inicialmente Bergen-Hardangervidda- Stavangen - Oslo e i/v a Lofoten.
La noche anterior llegamos tarde y cansados y no diéndonos tiempo a reservar el denominado "Sojnefjord in a Nutshell" o recorrido circular, tuvimos que madrugar aún más para asegurarnos coger el ferry de las 8 a.m. Los malos pronósticos se cumplieron y el recorrido de casi 5 horas lo hicimos entre nieblas, frío y chaparrones que ensombrecieron el paisaje para nuestro desconsuelo, que tras experimentarlo concluimos que no merece la pena en esas condiciones habida cuenta de su precio (150€ cada). El caso es que el recorrido incluía dejarnos en el extremo del fiordo, en el pueblo de Flam, y desde allí coger un pintoresco tren que escala en 1h un desnivel de más de 1000m hasta la meseta del centro del país, desde la que se regresa a Bergen. El tiempo se aclaró bastante desde mediodía y tanto Flam como el recorrido ferroviario lo pudimos admirar bien; es muy bonito, como todos los rincones naturales de Noruega en cuanto brilla el sol. De vuelta en Bergen nos dirigimos al aeropuerto para alquilar un vehículo con el que nos acercaríamos al mayor parque natural de Noruega, el PN de Hardangervidda.
La primera noche paramos de camino en Lofthus en un hostel que reservamos días antes por internet. El recorrido, por la rutas "panorámicas" resultaba espectacular pero nuevamente tuvimos el inconveniente del clima, muy cubierto y con continuos chaparrones. No teníamos nada contratado y finalmente optamos por pararnos en Ovre Eidfjord, un conjunto de casas a escasos kilómetros de Eidfjord, un poco más cercano al PN de Hardangervidda y al Voringfossen que visitaríamos al día siguiente. De Hardangervidda decir que la ruta por carretera es muy bonita pero que debido al clima tan adverso (muchísimo viento y lluvia) no pudimos realizar el trekking que pretendíamos; el paisaje recuerda un poco al del Norte de las islas británicas. En cuanto al Voringfossen, por la tarde en ese lugar estaba más tranquilo y emprendimos un trekking corto pero exigente y muy bonito hasta el pie de la cascada, que en sí misma es bonita pero que desde abajo se percibe en todo su esplendor. Tras esta etapa tocaba regresar al aeropuerto de Bergen para dejar el coche y volar hasta Narvik, desde donde mediante otro coche abordaríamos un día más tarde las Islas Lofoten.
La cosa prometía desde el amanecer frente al archipiélago que presagiaba un día soleado. El primer día en el que iríamos recorriendo el archipiélago fue una sucesión de paisajes que nos maravillaron hasta que llegamos a nuestro destino en Ramsberg. Cordilleras espectaculares, fiordos, aguas cristalinas y pequeños pueblos que iban aumentando en belleza según avanzábamos. El primer pueblo realmente pintoresco fue Henningsvaer, pequeño enclave pesquero que ha devenido en destino con tintes hippies, bastante turista y rodeado de aguas cristalinas; muy bonito. El siguiente que remarcamos sería Eggum, muy bonito pueblo de casas de colores situado en una esquina perdida de Vestvagoy, desde donde parte un camino muy recomendable junto al mar y que conduce a un pequeño monumento y a una estatua junto a un lago; lugar privilegiado desde el que apreciar el sol de medianoche. Más tarde llegaríamos a Ramsberg, en donde por llegar más tarde de lo acordado perdimos la 2ª y 3ª noche en nuestra cabañita junto a la playa, ¡lástima! Por lo menos, disfrutamos de una primera con el sol de medianoche, y las dos siguientes nos hospedamos en la alternativa que nos ofrecieron, que resultó ser una casa de pescadores muy cuca en el mismo puerto. Los otros dos días estuvieron muy nublados pero pudimos realizar algún trekking muy bonito hacia sus espectaculares playas y visitar sus bonitos pueblos de pescadores hasta llegar a la punta del archipiélago. Finalmente tocó regresar de vuelta hasta Narvik para volar a Oslo.
Llegamos a Oslo a mediodía y tras andar 3 horas constatamos lo que nos habían dicho, que es el escaso encanto que tiene la capital noruega; un bonito parque, un puerto grande y unas cuantas calles peatonales que poco nos dijeron. Pasamos de puntillas, aunque sin dejar de visitar el Munch Museum para admirar su famosa obra "El Grito". Aguardamos a coger el tren nocturno que nos llevaría a Stavangen, desde donde debíamos coger a su vez un ferry para dirigirnos al pie del Preikestolen en donde reservamos plaza en un hostel (carísimo, por cierto) al pie del trekking.
La caminata nos resultó exigente por tramos pero nos hizo muy bueno y nos resultó muy bonita. Nos condujo en apenas 2h hasta el célebre Preikestolen, muy concurrido y que no defraudó, sino todo lo contrario. A mí, que tengo vértigo, me resultaba inexplicable la indiferencia de quienes se asomaban sin tapujos al precipicio de 600 metros hacia el fiordo... en fin, merece la pena admirarlo pero con su debido respeto, que ya es conocida la desgracia que ocurrió apenas un mes más tarde de visitarlo.
Al día siguiente nos dio tiempo a visitar el pintoresco casco antiguo de Stavangen, muy cuidado y bonito y que nos sorprendió por lo inesperado. Desde allí cogeríamos un bus que nos conduciría vía ferries hasta Bergen.
Nos quedaba medio día en Bergen y tratamos de aprovecharlo aunque para despedirnos no quiso falta a su cita la pertinaz lluvia y niebla. De modo que desistimos de subir a la colina que ofrece una vista panorámica, y en su lugar recorrimos los mercadillos del puerto y las callejuelas del casco histórico. Es muy bonito y se aprecia que es un lugar muy accesible en donde te codeas con multitud de turistas cámara en mano. A primera hora de la tarde cogeríamos el tren que recorre todo el centro del país para dejarnos en el mismo aeropuerto desde donde partíríamos la madrugada siguiente de vuelta a España.
En
definitiva, un viaje con unos paisajes espectaculares, con unas Islas Lofoten que bien merecen un viaje por sí mismas, y en el que la mayor incomodidad es lo caro que resulta todo y el clima. La fecha ideal para evitar en lo posible las lluvias nos enteramos que es junio y la primera quincena de julio.
Ruta
Día 1. Llegada
a ESTOCOLMO a media tarde. Bus al centro. Noche en Estocolmo.
Día 2.
Visita y noche en Estocolmo.
Día 3. Visita
a Estocolmo y por la tarde bus al aeropuerto. Vuelo a las 20h rumbo a Bergen en
Noruega.
Día 4. Visita
circular al fiordo de los sueños (SOGNEFJORD). A la vuelta, alquiler de coche y
carretera hasta Lofthus. Noche frente al fiordo de Hardanger.
Día 5. Carretera
hasta Eidfjord, check in, y rumbo a visita del PN de HANDANGERVIDDA. Regreso
para pasar noche en Eidfjord.
Día 6.
Visita y caminata en Voringfossen. Carretera de vuelta a Bergen. Avión a Narvik.
Noche en camping frente al puente de las islas.
Día 7. Visita
de ISLAS LOFOTEN. Noche en Ramberg.
Día 8. Visita
de la parte occidental de Islas Lofoten. Noche en Ramberg.
Día 9. Visita
de Islas Lofoten. Noche en camping frente al puente de las islas.
Día 10. Vuelo
a OSLO. Visita de Oslo. Tren nocturno Oslo-Stavangen.
Día 11. Llegada
a STAVANGEN, ferry y bus hacia Preikestolen. Check in y caminata hasta la
famosa roca explanada. Noche en el hostel al pie del Preikestolen.
Día 12.
Vuelta y visita de Stavangen. Bus Stavangen – Bergen. Noche en Bergen.
Día 13. Visita
de BERGEN. Tren diurno (16:30-23h) Bergen – Oslo. Noche en aeropuerto.
Día 14.
Regreso a las 6h.
*Después de visto, pensamos que hubiese sido más lógico hacer inicialmente Bergen-Hardangervidda- Stavangen - Oslo e i/v a Lofoten.
ESTOCOLMO
Capital sueca conformada por multitud de islas frente al mar báltico, es una ciudad cosmopolita con un casco histórico muy pintoresco en su isla central y con un ambiente muy joven. Es cara, si bien abundan los puestos de comida rápida económicos y su principal atractivo es pasear por sus calles y las orillas del río.
Nuestra llegada fue tardía (vía tren desde el aeropuerto) por lo que la primera noche bajo el cielo lluvioso descansamos junto al hostal ubicado a un costado del centro de Vasastan. Los dos días de visita nos hizo un tiempo muy variable durante el cual lo mismo caía un chaparrón que alumbraba con fuerza el sol, por lo que provistos de un chubasquero recorrimos a pie todos los principales puntos de interés: visita de rigor al parlamento acodado frente al río, cruzar a Sodermalm, recorrer las calles céntricas de Ostermalm, cruzar a la isla de Djurgarden y por supuesto callejear por las callejuelas de Gamla Stan, su principal encanto. A parte de ello, nos encantó apreciar el contrapunto de roles hombre-mujer, inexistente y por ello llamativo para nosotros; admiramos las variadas tiendas de decoración y acudimos al Museo Vasa, en donde impresiona observar desde todos los ángulos un buque de guerra del S. XVII hundido en esas aguas tras su botadura y rescatado en 1961, en magnífico estado de conservación para su estudio. Tras dos días partiríamos rumbo a Bergen en donde comenzaríamos la ruta noruega.
Nuestra llegada fue tardía (vía tren desde el aeropuerto) por lo que la primera noche bajo el cielo lluvioso descansamos junto al hostal ubicado a un costado del centro de Vasastan. Los dos días de visita nos hizo un tiempo muy variable durante el cual lo mismo caía un chaparrón que alumbraba con fuerza el sol, por lo que provistos de un chubasquero recorrimos a pie todos los principales puntos de interés: visita de rigor al parlamento acodado frente al río, cruzar a Sodermalm, recorrer las calles céntricas de Ostermalm, cruzar a la isla de Djurgarden y por supuesto callejear por las callejuelas de Gamla Stan, su principal encanto. A parte de ello, nos encantó apreciar el contrapunto de roles hombre-mujer, inexistente y por ello llamativo para nosotros; admiramos las variadas tiendas de decoración y acudimos al Museo Vasa, en donde impresiona observar desde todos los ángulos un buque de guerra del S. XVII hundido en esas aguas tras su botadura y rescatado en 1961, en magnífico estado de conservación para su estudio. Tras dos días partiríamos rumbo a Bergen en donde comenzaríamos la ruta noruega.
SOGNEFJORD (desde Bergen)
El fiordo de los sueños. El más pintoresco y accesible fiordo que puede visitarse cogiendo un ferry desde Bergen, y que recorre las distintas poblaciones del mismo hasta llegar a Flam, desde donde se puede coger un tren que enlaza bien con la línea hacia Bergen o bien con la de Oslo.
La noche anterior llegamos tarde y cansados y no diéndonos tiempo a reservar el denominado "Sojnefjord in a Nutshell" o recorrido circular, tuvimos que madrugar aún más para asegurarnos coger el ferry de las 8 a.m. Los malos pronósticos se cumplieron y el recorrido de casi 5 horas lo hicimos entre nieblas, frío y chaparrones que ensombrecieron el paisaje para nuestro desconsuelo, que tras experimentarlo concluimos que no merece la pena en esas condiciones habida cuenta de su precio (150€ cada). El caso es que el recorrido incluía dejarnos en el extremo del fiordo, en el pueblo de Flam, y desde allí coger un pintoresco tren que escala en 1h un desnivel de más de 1000m hasta la meseta del centro del país, desde la que se regresa a Bergen. El tiempo se aclaró bastante desde mediodía y tanto Flam como el recorrido ferroviario lo pudimos admirar bien; es muy bonito, como todos los rincones naturales de Noruega en cuanto brilla el sol. De vuelta en Bergen nos dirigimos al aeropuerto para alquilar un vehículo con el que nos acercaríamos al mayor parque natural de Noruega, el PN de Hardangervidda.
HARDANGERVIDDA
La meseta europea (de 1.200 m. de altitud) más septentrional y que por lo que vimos cuenta con un paisaje de matojos bajos y suaves colinas entre los que se asientan pequeños lagos y entre los que se abren paso pequeños ríos que desembocan en cascadas que dan a parar a alguno de los innumerables fiordos como el de Hardanger. Entre estas cascadas se encuentra el Voringfossen, el salto de agua más grande y espectacular de Noruega.
La primera noche paramos de camino en Lofthus en un hostel que reservamos días antes por internet. El recorrido, por la rutas "panorámicas" resultaba espectacular pero nuevamente tuvimos el inconveniente del clima, muy cubierto y con continuos chaparrones. No teníamos nada contratado y finalmente optamos por pararnos en Ovre Eidfjord, un conjunto de casas a escasos kilómetros de Eidfjord, un poco más cercano al PN de Hardangervidda y al Voringfossen que visitaríamos al día siguiente. De Hardangervidda decir que la ruta por carretera es muy bonita pero que debido al clima tan adverso (muchísimo viento y lluvia) no pudimos realizar el trekking que pretendíamos; el paisaje recuerda un poco al del Norte de las islas británicas. En cuanto al Voringfossen, por la tarde en ese lugar estaba más tranquilo y emprendimos un trekking corto pero exigente y muy bonito hasta el pie de la cascada, que en sí misma es bonita pero que desde abajo se percibe en todo su esplendor. Tras esta etapa tocaba regresar al aeropuerto de Bergen para dejar el coche y volar hasta Narvik, desde donde mediante otro coche abordaríamos un día más tarde las Islas Lofoten.
ISLAS LOFOTEN
Un archipiélago emplazado dentro ya del Círculo Polar Ártico. Si cabe con una exhuberancia natural más agreste que en el resto de Noruega, merecen plantearse un viaje por sí mismas. Picos que simulan cimas de una gran cordillera aunque despunten no más de 1000 metros sobre el mar, numerosos fiordos pequeños, aguas cristalinas, playas de ensueño y pequeños pueblos de fornidos pescadores noruegos que soportan el riguroso clima de estas islas que en su día albergaron a los primitivos vikingos. ¡¡Que vivan las Lofoten!!
La cosa prometía desde el amanecer frente al archipiélago que presagiaba un día soleado. El primer día en el que iríamos recorriendo el archipiélago fue una sucesión de paisajes que nos maravillaron hasta que llegamos a nuestro destino en Ramsberg. Cordilleras espectaculares, fiordos, aguas cristalinas y pequeños pueblos que iban aumentando en belleza según avanzábamos. El primer pueblo realmente pintoresco fue Henningsvaer, pequeño enclave pesquero que ha devenido en destino con tintes hippies, bastante turista y rodeado de aguas cristalinas; muy bonito. El siguiente que remarcamos sería Eggum, muy bonito pueblo de casas de colores situado en una esquina perdida de Vestvagoy, desde donde parte un camino muy recomendable junto al mar y que conduce a un pequeño monumento y a una estatua junto a un lago; lugar privilegiado desde el que apreciar el sol de medianoche. Más tarde llegaríamos a Ramsberg, en donde por llegar más tarde de lo acordado perdimos la 2ª y 3ª noche en nuestra cabañita junto a la playa, ¡lástima! Por lo menos, disfrutamos de una primera con el sol de medianoche, y las dos siguientes nos hospedamos en la alternativa que nos ofrecieron, que resultó ser una casa de pescadores muy cuca en el mismo puerto. Los otros dos días estuvieron muy nublados pero pudimos realizar algún trekking muy bonito hacia sus espectaculares playas y visitar sus bonitos pueblos de pescadores hasta llegar a la punta del archipiélago. Finalmente tocó regresar de vuelta hasta Narvik para volar a Oslo.
STAVANGEN - Preikestolen (Tras Oslo)
Llegamos a Oslo a mediodía y tras andar 3 horas constatamos lo que nos habían dicho, que es el escaso encanto que tiene la capital noruega; un bonito parque, un puerto grande y unas cuantas calles peatonales que poco nos dijeron. Pasamos de puntillas, aunque sin dejar de visitar el Munch Museum para admirar su famosa obra "El Grito". Aguardamos a coger el tren nocturno que nos llevaría a Stavangen, desde donde debíamos coger a su vez un ferry para dirigirnos al pie del Preikestolen en donde reservamos plaza en un hostel (carísimo, por cierto) al pie del trekking.
La caminata nos resultó exigente por tramos pero nos hizo muy bueno y nos resultó muy bonita. Nos condujo en apenas 2h hasta el célebre Preikestolen, muy concurrido y que no defraudó, sino todo lo contrario. A mí, que tengo vértigo, me resultaba inexplicable la indiferencia de quienes se asomaban sin tapujos al precipicio de 600 metros hacia el fiordo... en fin, merece la pena admirarlo pero con su debido respeto, que ya es conocida la desgracia que ocurrió apenas un mes más tarde de visitarlo.
Al día siguiente nos dio tiempo a visitar el pintoresco casco antiguo de Stavangen, muy cuidado y bonito y que nos sorprendió por lo inesperado. Desde allí cogeríamos un bus que nos conduciría vía ferries hasta Bergen.
BERGEN (Y tren Bergen-Oslo)
La puerta de entrada a los fiordos es una población de tamaño medio-grande cuyo principal atractivo es su casco histórico en permanente renovación, su puerto con sus mercadillos y sus plazas del centro. Merece la pena un paseo.
Nos quedaba medio día en Bergen y tratamos de aprovecharlo aunque para despedirnos no quiso falta a su cita la pertinaz lluvia y niebla. De modo que desistimos de subir a la colina que ofrece una vista panorámica, y en su lugar recorrimos los mercadillos del puerto y las callejuelas del casco histórico. Es muy bonito y se aprecia que es un lugar muy accesible en donde te codeas con multitud de turistas cámara en mano. A primera hora de la tarde cogeríamos el tren que recorre todo el centro del país para dejarnos en el mismo aeropuerto desde donde partíríamos la madrugada siguiente de vuelta a España.
Curiosidades
- Sus comunicaciones, costosísimas por su orografía, están en permanente obra.
- Muy recomendable llevarse comida si se viaja a lo barato. Nos llevamos casi una mochila con tomate, arroz, atún, pasta, chocolate, embutido... y menos mal, todo resulta muy caro pero hay cabañas con cocina que alivian el bolsillo si se llevan de casa.
- Cogimos avión, tren, bus, ferry y coche. Todo es de fiar, si bien hay que tener en cuenta que la gasolina también es muy cara a pesar de tener producción.
- La velocidad máxima es bastante baja, de modo que para calcular tiempos mejor ser generosos porque si no tienen fama de imponer multas severas.
- Parece un país ideal para motoristas y para ciclistas experimentados.
- El viaje en total nos salió por 1.230€ los 5 vuelos más unos 2.000€ en el resto de gastos (alojamientos, trenes, coches, etc) yendo con 60€ de compra de Madrid (los costes son para 2 personas).
- Comida: No la probamos por lo mencionado de los precios, pero tiran mucho de patés, carne de ciervo, y pescados. Únicamente comimos algún kebab o hamburguesa, a casi 15€/persona con una coca cola...
- Gente: Nos parecieron gente amable, si bien muy serios y no especialmente hospitalarios en los alojamientos.
Pedazo de viaje ! Gracias por compartir tantos datos tan útiles.
ResponderEliminarPor cierto: vaya pareja de GUAPOS !!
que triste quede es muy caro para my presupueste 2000 eu con mi esposa para 10 días cocinado nosotros puro transporte publico en todo caso me gustaria saber mas de la ruta de los trenes costo por trayecto gracias fue de mucha utilidad
ResponderEliminarHola David,
EliminarTienes información sobre la red de trenes y sobre los costes en https://www.nsb.no/en/frontpage
De lo que recuerde, había bastantes opciones (nocturnos, diurnos, con distintas comodidades) y no resultaba de lo más caro comparativamente (sin dejar de ser caro).
A ver si puede encajaros. Suerte!!